Editorial

Columna: Plano Legal

Por Dr. Leonardo Abarca Jiménez | jueves, 18 de julio de 2024

EMX-Columna: Plano Legal

LA SOBRERREPRESENTACIÓN PARLAMENTARIA EN MÉXICO: PROBLEMAS Y DESAFÍOS


En las pasadas elecciones del 2 de junio quedó de manifiesto que la mayoría de los mexicanos que emitieron su voto lo hicieron a favor de Morena y sus partidos políticos aliados, no obstante, suponer que esa mayoría de votos pueda generar legítima y legalmente una sobrerepresentación en el Congreso son cosas muy distintas.

La sobrerrepresentación ocurre cuando un partido o coalición política obtiene un mayor número de escaños en el Congreso de lo que proporcionalmente le correspondería según el porcentaje de votos obtenidos en las elecciones. Tal es el caso que morena y sus aliados obtuvieron 32,535,023 votos, lo que representa un 54.7 % del total de los votos, no obstante, quiere obtener el 74.6% de escaños en el Congreso, es decir, 20% más que sus votos recibidos, esto es la sobrerrepresentación.

Desde el plano legal la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 54 establece que ningún partido político puede tener una sobrerrepresentación superior al 8%, bajo esta premisa se puede afirmar que cualquier fórmula que se pretenda utilizar para manipular y aumentar este porcentaje es inconstitucional.

Uno de los problemas más graves de la sobrerrepresentación es el deterioro de la representatividad democrática. En un sistema en el cual un partido tiene una representación desproporcionada, las voces y los intereses de una parte significativa de la población pueden quedar marginados. Esto sucede porque el número de escaños no refleja fielmente la voluntad popular expresada en las urnas. La democracia se basa en la idea de que todos los votos tienen el mismo peso y que las instituciones deben reflejar la diversidad de opiniones y grupos de la sociedad.

La sobrerrepresentación permite que un solo partido tenga un control casi absoluto sobre la agenda legislativa. Esto significa que puede aprobar leyes y reformas sin necesidad de negociar o buscar consenso con otras fuerzas políticas, lo cual, sin duda es una gravedad absoluta, considerando el paquete de reformas constitucionales que el Presidente de la República presentó el pasado 5 de febrero, entre las que destacan por su impacto social la reforma estructural del Poder Judicial, tanto el Federal como de las Entidades Federativas.

Otro problema significativo es el desequilibrio en el poder político. En un sistema democrático saludable, el poder debe estar distribuido de manera equitativa para evitar abusos y asegurar que todas las voces sean escuchadas. La sobrerrepresentación de un solo partido desequilibra esta balanza, otorgándole un poder excesivo y, en algunos casos, permitiéndole actuar sin contrapesos. Esto no solo afecta la calidad de la legislación, sino que también puede derivar en prácticas autoritarias en que las decisiones se tomen de manera unilateral, sin el necesario análisis y debate.

También debilita a la oposición, la cual es un componente esencial de cualquier democracia. La oposición tiene el rol de supervisar y proponer alternativas a las políticas del gobierno. Cuando un partido domina el Congreso, la capacidad de la oposición para cumplir con su rol se ve seriamente limitada. Esto reduce la calidad del debate político y puede llevar a una gobernanza menos transparente y más propensa a la corrupción, ya que la falta de una vigosora oposición disminuye los mecanismos de control y rendición de cuentas.

La sobrerrepresentación puede aumentar la polarización política y social. Cuando un partido tiene un control desproporcionado del poder, sus decisiones pueden ser percibidas como un ejercicio de imposición, lo que genera resentimiento y descontento en los sectores que se sienten excluidos. Esto puede llevar a un clima político tenso y dividido, en el cual la confrontación y el antagonismo prevalecen sobre el diálogo y la cooperación. La polarización extrema dificulta la búsqueda de soluciones consensadas y puede llevar a una mayor inestabilidad política.

Finalmente, la sobrerrepresentación puede tener un impacto negativo en la calidad de las políticas públicas. La falta de diversidad de opiniones y la ausencia de un debate amplio y profundo suelen resultar en políticas que no consideran todas las necesidades de la población. Esto puede derivar en la implementación de políticas ineficaces o incluso perjudiciales.

La sobrerrepresentación de diputados y senadores de un solo grupo parlamentario en México plantea serios desafíos para la democracia y la representatividad social, desequilibra el poder político y debilita a la oposición, aumentando la polarización y la calidad de las políticas públicas.
Para fortalecer la democracia mexicana es crucial adoptar medidas que aseguren una representación más equitativa y justa en el Congreso, respetando nuestro actual texto constitucional y promoviendo así un sistema político más inclusivo, deliberativo y por ende eficaz.

*Socio Director de Grupo Uno Abogados